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Nació en 1923, en el seno de una familia humilde, que pese a todo,
consigue matricularla en el colegio Compañía de María, donde muestra una
gran disposición para los estudios.
Realizó exitosamente el bachillerato en la vecina localidad de Cabra y
realiza como interna sus estudios de Magisterio en “Las Teresianas” de
Córdoba, que dicho sea de paso, finalizó en menos tiempo del previsto.
“Cuentan que hubo momentos en los que daba clase a niños de 5 cursos
diferentes en una misma aula”. |
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Una vez aprobadas las oposiciones, comenzó su carrera docente en una
pequeña aldea de la sierra de Málaga, Golosalvo, con unas precarias
vías de comunicación que hacían que Balbina tuviera que llegar a su
escuela a lomos de un burro. |
Pronto fue trasladada al municipio sevillano de Corcoya y tras algún
tiempo logró su plaza definitiva en Puente Genil, donde comenzó en el
colegio Ramiro de Maeztu, más tarde al Colegio el Carmen, donde cuenta que
tenía que hacerse cargo en una misma clase, de niños de hasta 5 cursos
diferentes. También pasó por el colegio José Luis Arrese y finalmente al
Agustín Rodríguez, donde permaneció hasta su jubilación.
Fue en este colegio, donde Balbina se ganó a pulso la admiración, no sólo
de sus compañeros docentes y los cientos, si no miles, de alumnos a los que
formó; también logró el reconocimiento y cariño de todos sus conciudadanos
cuando decidió emprender el camino que la llevó a poner en marcha “La
Fundación Docente Balbina Cerdeño Delgado”, el 10 de junio de 1978. Con
ello, Balbina logró ayudar a acceder a la enseñanza a una gran cantidad de
niños con dificultades para acceder a la enseñanza, bien por situación
económica o bien por situaciones sociales complicadas. Fueron muchas las
becas que sirvieron para lograr una formación integral de jóvenes que de
otro modo, jamás lo hubieran conseguido.
Fueron muchas las becas que sirvieron para lograr una formación
integral de jóvenes que de otro modo, jamás lo hubieran conseguido.
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“Gracias a la fundación que llevan su nombre, muchos niños con
escasos recursos, pudieron estudiar”. |
Para lograr una permanencia de la fundación, Balbina supo integrar dentro
de ella a los distintos estamentos políticos, culturales y religiosos de
Puente Genil, que garantizaran, como decimos, la supervivencia de la
fundación, así como la transparencia de la misma.
A los 76 años, falleció con el reconocimiento y cariño de sus familiares,
compañeros y vecinos.
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