Sin duda uno de los grandes nombres del Balonmano pontanés y muy
reconocido a nivel nacional e internacional.
Quini fue uno de esos estrategas del deporte, que hacen brillar a las
estrellas de su equipo y consiguen sacar de sus jugadores la mejor versión
de sí mismos para entregarla en pro del equipo, esos que los entendidos
llaman: técnico, míster o sencillamente, entrenador.
Tras formarse en la cantera de los equipos de Balonmano de Puente Genil y
demostrar su buen hacer formando a jóvenes promesas, fue a comienzos de la
década de 1970 cuando consiguió que se fijaran en su trabajo como entrenador
y le encomendaron la dirección técnica de la selección provincial cordobesa
para el Campeonato de España, con la que logró llegar a las fases finales...
Y nuevamente despertó interés su trabajo, esta vez de uno de los clubes
importantes de la categoría absoluta del Balonmano español, el Granollers,
que lo fichó como entrenador para su cantera.
Y de ahí… al cielo, porque un año más tarde logró el éxito que colocó a
Joaquín Crespo, en la historia del Balonmano con letras de oro: consiguió
con el Granollers, ser campeón de la Recopa de Europa en mayo de 1976,
convirtiéndolo en el primer equipo en conseguir un título europeo.
Curiosamente coincidió en el título con un joven jugador pontanés, Joaquín
Borrego, que apuntaba maneras.
Tiempo después de su título, Quini se afincó en Málaga, donde entrenó al
balonmano Puleva y fijó su residencia definitiva.
En 2006 el pueblo de Puente Genil y el equipo que una vez entrenó,
homenajearon a Joaquín poniendo su nombre a la cacha donde ahora juegan los
herederos de aquellos jóvenes que Quini ilusionó… Y que ahora son la legión
que aúpa al balonmano pontanés.
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