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Su
nombre completo es Pepa Rivas Logroño, nace en el año 1920 en la Ribera Alta
de Puente-Genil, siendo la menor de siete hermanas, fallece en Puente-Genil
en el 2008.
De pequeña acude a la escuela de la aldea del Palomar. Con 11 años cae
enferma del estómago, siendo operada y trasplantándole un estómago de
cordero. A los 12 años comienza a estudiar en una escuela de Puente-Genil.
Estudia Bachillerato y pide ayuda al médico que la trata para ejercer de
enfermera, y él le anima a que siga con los estudios, que de lo demás ya
corre de su cuenta. Pepita (Que es como la conocían popularmente), continúa
su formación de A.T.S. por las mañanas, y por las tardes ayuda en el
Hospital. Sin embargo su médico le aconseja que se especialice en “Matrona”
para tener más éxito profesionalmente, ya que practicantes había muchos.
Una vez terminados los estudios y las prácticas, se queda en el hospital
Provincial de Córdoba durante cinco años, pasado este tiempo, vuelve a
Puente-Genil con una plaza en el hospital, e instala su consulta en la calle
Nueva, (antes Comandante Castejón). Desde allí la solicitan tanto en el
pueblo como en las aldeas, donde acudía puntualmente, realizando los
trayectos a los domicilios más apartados en borrico o bestias que los mismos
clientes traían, convirtiéndose así en la más demandada y conocida por todos
como “Pepita la Matrona”.
También estuvo trabajando en la clínica de Don Miguel Chacón, situada en la
calle Madre de Díos, además le asignaron la beneficencia, donde atendía a
todos los que no podían pagar una atención médica.
Pepita era profundamente religiosa y hablaba de Dios y de sus milagros.
Siempre llevaba un carné donde especificaba que era católica y que en caso
grave de accidente deseaba los sacramentos.
Tras 51 años en activo llega la jubilación, pero una demencia senil
progresiva le impide disfrutarla. Entonces unas sobrinas de Puente Genil, se
hacen cargo de ella, la cuidan y la acompañan hasta el final de sus días a
la edad de 88 años.
En el año 2005 se decide en el pleno del 21 de enero y por unanimidad,
rotular una de las calles de la Barriada de la Pitilla, como “Calle Pepita
la Matrona”, como reconocimiento a esta mujer pontanensa, para que sirva de
ejemplo en las nuevas generaciones.
Más tarde y
a petición de los familiares de Pepita, se procede modificar el nombre de la
calle, introduciendo el apellido en el, quedando definitivamente rotulada
como: “Calle Matrona Pepita Rivas”.
Fuente:
Asociación de Vecinos La Pitilla
http://lapitilla.com
http://www.lapitilla.com/Calles/21Pepita.html
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